Zombie Moderador
Mensajes : 25 Reputación : 10 Fecha de inscripción : 10/03/2012 Edad : 28 Localización : Tampico,Mexico
| Tema: Viaje a Venezuela parte 8 Sáb Mar 10, 2012 3:22 pm | |
| Lo observe mientras devoraba la comida que alegremente Lola coloco frente a él con una variedad exquisita que solo sus manos lograban elaborar. Me sentí un poco culpable ya que desde su llegada hasta el restaurant, él debía estar conteniendo el apetito voraz que ahora se hacía evidente por mi tardanza.
Después de un largo instante y al culminar nuestro almuerzo, me despedí de mis tíos postizos con un gran afecto y nos retiramos hacia el auto, y luego escuche sus palabras junto a una de esas miradas suyas que lograban desarmarme. –No tienes nada que agradecer… De hecho, esto es un gran placer para mí. Le exprese con una media sonrisa al notar que comenzaba a relajarse y a hablar un poco más. Continué conduciendo por un largo rato hasta que llegamos a un territorio rural, cuyas calles de tierra guiaban al pueblo que era nuestra meta –Iremos primero a la casa a dejar las maletas y a prepararnos para la fiesta… Observe a través del parabrisas como la gente comenzaba a movilizarse masivamente hacia la playa por el evento tan esperado, y al notar la mirada curiosa de algunos viejos amigos de allí, toque la bocina en repetidas ocasiones y correspondía sus saludos con la mano y una cordial sonrisa –Este lugar es poblado en su mayoría por gente de color… Sus raíces son africanas, aunque también hacemos varios extranjeros… Son muy amistosos y fiesteros, así que no dudo que tengas problemas en hacer nuevos amigos. Le guiñe un ojo mientras bordeaba una calle hasta llegar a una casa frente a la costa. –Si alguna vez llegas a perderte… Recuerda la calle Arrecife… La única casa allí es la nuestra… Señale con el dedo una montaña que daba directamente hacia una zona montañosa frente al mar… Donde las olas chocaban contra los acantilados y salpicaba el área de la piscina.
Saque el control de mando de la guantera y lo active para abrir la puerta del estacionamiento, y posteriormente a estacionarme en la parte baja de la casa y saludar a los perros y al vigilante, me dispuse a sacar las maletas de la parte trasera de la Roraima –Por fin hemos llegado al que será nuestro hogar durante los próximos días… Dije haciendo referencia al largo y extenuante viaje.
Subimos hacia la parte alta de la casa y le mostré la vista majestuosa de la casa… Daba justo hacia el firmamento sobre el mar, y la brisa fresca nos envolvía con fuerza mientras se escuchaba el sonido de las gaviotas y las olas impactando con el arrecife –Te gusta lo que ves? Le dije con la vista perdida en el horizonte, donde el sol estaba a punto de esconderse y repentinamente sonaron los caracoles como indicio del inicio de las fiestas en la playa. Le señale hacia un lado, donde se vislumbraba la playa, comenzaban a encender las antorchas y a abrir fosas en la arena para la preparación de la comida, al igual que fogatas a lo largo de la playa y los botes pesqueros cerca de la orilla.
Abrí las puertas de la casa que afortunadamente estaba ordenada e hice un ademan de recepción para que Alexis pasara mientras lo veía furtivamente por la longitud de su espalda. –Bienvenido… Una vez más… Finalmente dije con una sonrisa. | |
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